LIMA:


Capital de Perú, reconocida en el 2013 con el premio Travellers’ Choice como mejor destino emergente, una ciudad que cautiva con su mezcla de modernidad e historia, en donde barrios de vibrante actividad y vida nocturna como Miraflores y San Isidro, se cruzan con las antiguas arquitecturas coloniales del Centro Histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.





CUZCO:


Uno de los más fascinantes lugares turísticos de Perú, hogar de invaluables tesoros históricos y culturales, ruinas que aún permiten visualizar el esplendor de lo que fue la capital del Imperio Inca, y magníficos edificios civiles y religiosos que dan muestra de la riqueza de su época colonial.







VALLE SAGRADO DE LOS INCAS:

Mágica área de quebradas, sitios arqueológicos y pintorescos pueblitos coloniales, que se suceden uno tras otros, habitados por comunidades indígenas, que han mantenido vivo en el tiempo su folclore y tradiciones.
Sus principales enclaves corresponden al complejo arqueológico y poblado de Pisac, la localidad de Chinchero con sus famosas tejedoras y la zona arqueológica de Ollantaytambo, única ciudad incaica que se conserva prácticamente íntegra, y cuyas construcciones hoy en día son habitadas por sus descendientes.





MACHU PICCHU:

Impresionante ciudad incaica levantada por sobre los 2.360 metros sobre el nivel del mar, sobrecogedor paisaje de murallas, terrazas y rampas que parecieran esculpidas en la roca misma, inmersas entre majestuosos picos de montañas, acantilados y el verdor de la floresta amazónica.Declarada hoy Patrimonio Mundial por la UNESCO y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, permite recrear a través de sus templos, palacios y escalinatas, lo que alguna vez fue la construcción más esplendorosa edificada por el imperio Inca, comprendiendo una extensa área de 530 metros de largo por 200 de ancho, que incluye al menos 172 recintos.






LAGO TITICACA:

Ubicado a 3.812 metros sobre el nivel del mar, corresponde al lago navegable más alto del mundo, una inmensa masa de agua escondida entre los paisajes montañosos de la Cordillera de los Andes, en la frontera de Perú y Bolivia, cercano a la ciudad Puno.
Su mayor atractivo lo constituyen sus islas, hogar de diversas comunidades indígenas que mantienen vivas sus tradiciones ancestrales. Las más famosas entre ellas, corresponden a Taquile, hogar de los quechuas, famosos por sus vestimentas y arte textil, Amantaní con vestigios arqueológicos dejados por la cultura Tiahuanaco y las islas flotantes de los Uros, correspondientes a un grupo de islas artificiales elaboradas en totora por la etnia Uru, quienes habitan en ellas sobreviviendo de la pesca, caza y elaboración de tejidos.